Martes, 09 Diciembre 2025 10:35

"Marxismo Guadalupano": ¿La Virgen María se Viste de Rojo? La Peligrosa Hibridación Ideológica en América Latina

Escrito por Melchisedech D. Angulo Torres/ Politólogo

El concepto de "marxismo guadalupano" emerge como una de las formulaciones más polémicas y fascinantes de la sociología política latinoamericana. A primera vista, la expresión choca: ¿cómo pueden coexistir el materialismo histórico de Karl Marx, que concibe a la religión como una forma de alienación, con la devoción a la Virgen de Guadalupe, un pilar innegociable de la identidad católica popular en México y el continente? Sin embargo, esta aparente paradoja semántica es, de hecho, un síntoma crucial de los complejos procesos de hibridación cultural que definen la lucha sociopolítica en nuestros países. Lejos de ser una mera contradicción terminológica, esta síntesis forzada se ha convertido en una herramienta práctica de resistencia.

La clave para desentrañar esta amalgama reside en la resignificación simbólica. Para la militancia y los movimientos populares en la periferia, el marxismo dejó de ser un dogma europeo para transformarse en una "caja de herramientas" analítica enfocada en la dependencia, el colonialismo interno y la lucha de clases. Paralelamente, el símbolo de la Virgen de Guadalupe trasciende lo puramente religioso; es un icono histórico de resistencia popular, mestizaje y justicia social, como se vio en las luchas de Miguel Hidalgo y Emiliano Zapata. Al fusionarse, el análisis materialista encuentra un código simbólico culturalmente legítimo y de amplio alcance, logrando lo que intelectuales como Mariátegui soñaron: una creación heroica de la teoría que no es ni calco ni copia, sino adaptación a la realidad propia.

La genealogía político-intelectual de este fenómeno es clara. Precursores como José Carlos Mariátegui ya abogaban por integrar elementos indígenas y populares al análisis marxista. Más tarde, la Teología de la Liberación y la Filosofía de la Liberación de pensadores como Dussel, Zea y Richard, tejieron puentes cruciales al utilizar el análisis marxista de la dependencia para validar la opción preferencial por los pobres, a menudo encarnada en la figura de la Virgen. Momentos de cristalización política de esta síntesis se observaron en los movimientos cristianos revolucionarios de Centroamérica durante la década de 1970 y, de manera paradigmática, en el levantamiento zapatista (EZLN) de 1994, donde la retórica anticapitalista se articuló junto al uso estratégico del icono guadalupano como bandera de identidad comunitaria.

Sociológicamente, el "marxismo guadalupano" funciona como un poderoso mecanismo de legitimación popular. Permite a la intelectualidad o a los líderes marxistas conectarse con las bases a través de un código compartido y profundamente arraigado. Se convierte en una estrategia de resistencia cultural, donde la figura de la Virgen es apropiada contrahegemónicamente y resignificada como la defensora primordial de los oprimidos, una expresión de la economía moral del pueblo que utiliza la narrativa religiosa para vehicular una crítica materialista encubierta a la desigualdad. Esta práctica supera dicotomías clásicas, demostrando que lo material y lo simbólico, lo universal y lo particular, no están necesariamente separados en las luchas emancipatorias de América Latina.


@_Melchisedech

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