Finalmente y como se esperaba, Martha Erika Alonso Hidalgo fue ratificada como gobernadora de Puebla por parte de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Hoy el panismo poblano se ha convertido en el primer bastión del CEN, porque pasó la prueba de ácido nunca antes vista en la historia de México.
Y digo nunca antes porque jamás habían revisado tantas veces una votación como lo hicieron en la de Gobernadora del estado de Puebla.
Martha Erika llega fortalecida y legitimada, por eso ha insistido en trabajar de la mano de Andrés Manuel López Obrador, no en balde su mensaje de unidad y reconciliación que cae perfecto en estas fechas decembrinas.
Martha Erika es una mujer que conoce el enorme reto que tiene enfrente y por ello prepara un inicio de gobierno con acciones inmediatas.
Urge saber lo que hará con el crimen organizado, el combate a la corrupción, inseguridad, desempleo, desarrollo social, infraestructura, entre otras cosas.
Su partido ha ganado las tres últimas elecciones estatales tras 70 años de corrupción priísta y eso demuestra la confianza de la sociedad con los gobiernos de coalición.
Con el fallo que emitieron los magistrados del organismo electoral se debe entender que el Morenovallismo tiene oxígeno, cartas y fuerza para participar en la elección del 2024.
Falta mucho para esa fecha, pero solo los ciegos no ven, ni los sordos escuchan.