En plena carrera electoral por la silla presidencial de Bolivia, la "mandataria" interina Jeanine Áñez sorpresivamente declinó, el jueves 17 de septiembre, su candidatura para los comicios del 18 de octubre.
A casi un mes de las elecciones, la mandataria explicó en un mensaje a la nación que tomó la decisión “para garantizar que haya un ganador que defienda la democracia” y así no vuelva a gobernar el partido del expresidente Evo Morales.
“Lo que está en juego no es poca cosa; es la democracia en Bolivia. No es un sacrificio es un honor. Lo hago para ayudar a la victoria para quienes no queremos que vuelva la dictadura”, agregó.
Poco después, llamó a la unidad de los postulantes, sin especificar a qué candidato apoyará, para vencer al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, quien renunció al poder en 2019 tras unas fallidas elecciones calificadas como fraudulentas y quien actualmente está refugiado en Argentina.