Los servicios de emergencia en Portugal dijeron que estaban avanzando en la batalla por controlar un gran incendio forestal que mató a 64 personas en el centro del país, pero otras llamas cercanas eran causa de preocupación.
Además se informó que una avioneta hidrante se había estrellado. La nave de Canadair cayó en el centro del país, en momentos en que trataba de sofocar las llamas, dijo María José Andre, funcionaria de la Agencia de Accidentes Aéreos de Portugal.
Andre dijo a The Associated Press que la Agencia de Protección Civil le avisó a su despacho sobre la caída de la avioneta.
La dependencia de Andre inmediatamente despachó a un equipo al lugar para investigar la versión, pero por ahora no hay detalles de la avioneta, de su tripulación ni de las causas del accidente, dijo la funcionaria.
Funcionarios del gobierno y de la Agencia de Protección Civil dijeron que no podían confirmar la versión. “Estamos investigando si (las versiones) son ciertas”, dijo el secretario del Interior Jorge Gomes.
El vocero de la Agencia de Protección Civil Fausto Coutinho dijo que las autoridades han recibido avisos de un avión caído cerca del lugar del incendio, y que un helicóptero se dirigía a la zona para investigar.
La Agencia de Protección Civil dijo que unos mil 200 bomberos y nueve aviones hidrantes combatían las llamas en Pedrogao Grande, 150 kilómetros al norte de Lisboa, por tercer día consecutivo. El fuego estaba circunscrito, aunque seguía ardiendo, dijeron las autoridades.
Temperaturas de 43 grados, ráfagas de viento y bosques resecos alimentaban las llamas, dijo el comandante Vitor Vaz Pinto a la prensa.
Se desviaron algunos efectivos a Gois, a unos 20 kilómetros de Pedrogao Grande, donde 800 bomberos y cuatro aviones combatían las llamas. Vaz Pinto dijo que el incendio de Gois era “muy veloz y explosivo” y obligó a evacuar 11 aldeas locales.
El primer ministro Antonio Costa ordenó investigar los sucesos del sábado por la noche cuando se produjeron las muertes, 47 de ellas en un camino por donde la gente huía de las llamas.
La orden de Costa formula tres preguntas: si el clima explica la magnitud del desastre, por qué fallaron las comunicaciones de los servicios de emergencia y por qué el camino donde se produjeron las muertes no estaba cerrado.