En el video también aparece el hermano de Norberto y junto a amigos y compañeros dan un discurso que al principio parece cotidiano, pero después se torna en un reclamo a las autoridades y pone en evidencia la latencia y preocupación de los jóvenes por sufrir daño en su día a día.
Para finalizar la grabación, los protagonistas repiten la frase “nos falta Norberto”, junto con un texto que afirma que los diálogos creados para la grabación fueron escritos por jóvenes de entre 15 y 30 años que fueron víctimas de secuestro o alguien cercano lo fue.