La farsa y el fraude que hizo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para enjuiciar a los ex presidentes de México, quedará como uno de los ridículos políticos más grandes de la historia de México.
O también como uno de los más grandes fraudes ordenados por su gobierno en aras de limpiar su desgastada imagen.
Lejos, muy lejos quedarán los fraudes que AMLO sufrió en 2006 y 2012 cuando le fue robada la presidencia en aquellas ocasiones.
Hoy, la consulta popular supera esos escandalosos fraudes.
El ejercicio amañado propuesto por AMLO no despertó el interés ni siquiera de quienes en el 2018 lo apoyaron, y sus operadores políticos, entiéndase mapaches, tuvieron que recurrir al relleno de urnas como demostraron diversos medios de comunicación.
López Obrador fue severamente criticado durante semanas por someter a consulta la aplicación de la ley en contra de los ex presidentes corruptos.
A pesar de los llamados a la población, ésta se mostró desinteresada e incluso en las redes sociales reclamó por qué no se aplicaba la ley en lugar de tirar más de 550 millones de pesos que costó organizar este show.
El desinterés de la sociedad para no participar en este ejercicio es una muestra de la pérdida de credibilidad del gobierno lopezobradorista, cuya imagen de su líder AMLO sufre un fuerte desgaste.
AMLO tiene problemas de credibilidad y lo peor, es qué hay múltiples videos.