Si alguien es seguro que traicione al gobernador Miguel Barbosa, ese es Sergio Céspedes, auto convertido en la caricatura política del 2022.
Si alguien traicionó a Barbosa, ese fue Sergio Céspedes, porque juró lealtad eterna a los Moreno Valle.
Y si alguien no es confiable, ese es el mismo Céspedes, quien hasta hace poco de día era barbosista y de noche “nachista”.
Cuando Sergio Céspedes fue alcalde de Tepeaca, contrató los servicios del policía Manuel Alonso, quien cobraba como asesor y era custodiado por dos policías del gobierno de Tepeaca.
Los policías eran enviados a cuidar la casa y familia del mismo Alonso, sin que Barbosa lo supiera.
El gobernador Barbosa conoce perfectamente las mañas de Alonso, pero no las traiciones de Céspedes, quien es capaz de vender su alma al diablo para escalar peldaños políticos que no merece.
Sergio Céspedes no aspira a ser gobernador, sino un títere o payaso para negociar una candidatura a diputado federal.
Su reputación como traidor se la ha ganado a pulso porque traicionó a Marín, Moreno Valle, Gali y a los Pacheco.
Aún no quiere acuchillar a Barbosa porque no es tiempo, pero lo hará cuando su nuevo amo se lo pida.
Céspedes sabe que no tiene posibilidades de ser gobernador. Su futuro es ser el patiño del titiritero.