Debate
Recientemente, un hombre estadounidense ha generado indignación y rechazo tras revelar que compró una chamarra que imita el uniforme oficial del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) para asustar a inmigrantes indocumentados en el país.
Durante una entrevista, el hombre identificado como Brandon Fellows afirmó que “es muy divertido” usar la chamarra en ciudades consideradas “santuario”, donde las personas indocumentadas suelen sentirse más seguras.
“Póntela y ve a un Home Office en una ciudad santuario y verás a todos los ilegales ponerse a correr e intentar huir”, declaró Fellows, riendo mientras describía su acción.
El joven, originario de Washington, explicó que adquirió la chamarra a través de internet, por $29.99 dólares, aunque el producto ya no está disponible en plataformas como Amazon.
Las declaraciones de Fellows no tardaron en desatar críticas, especialmente entre la comunidad hispana y defensores de los derechos de los migrantes, con comentarios en donde señalan que “el karma existe, tarde o temprano llega".
Carlos Eduardo Ospina, creador de contenido y activista a favor de la comunidad migrante, identificó al individuo como Brandon Fellows, quien ya había ganado notoriedad por su participación en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Durante esos disturbios, simpatizantes del entonces presidente Donald Trump irrumpieron en el Capitolio para protestar contra los resultados electorales que favorecían a Joe Biden. Fellows fue detenido tras los hechos, pero recuperó su libertad después de que el magnate de 78 años de edad asumiera su segundo mandato.
En la entrevista que ya se volvió viral en redes sociales, Fellows aparece vistiendo la chamarra que imita el uniforme del ICE y una gorra con la leyenda “Make America Great Again” (Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande), el lema emblemático de la campaña de Trump.
La combinación de símbolos ha sido interpretada como una provocación dirigida a las comunidades migrantes, especialmente en un contexto donde la retórica antiinmigrante ha polarizado a la sociedad estadounidense.
Aunque Fellows insiste en que su acción es “divertida”, expertos advierten que hacerse pasar por un agente federal es un delito en Estados Unidos. La venta de artículos que imitan uniformes oficiales también ha sido cuestionada, ya que pueden ser utilizados para intimidar o engañar a personas vulnerables.
Mientras algunos ven el acto como una broma de mal gusto, otros lo consideran un acto de crueldad que refleja problemas más profundos de intolerancia y discriminación.
“Cuidado con las acciones que normalizan el miedo y el odio”, advirtió un defensor de derechos humanos en redes sociales.