Luego de que se realizaran el cambio entre Los Angeles Dodgers y Boston Red Sox que envió a Mookie Betts al equipo californiano, luego de que las conversaciones para una posible extensión contractual entre el jugador y el equipo de Massachusetts no llegaran a ningún lado, las expectativas con la llegada de Betts a los Dodgers se elevaron de manera considerable, tanto para el conjunto como para el jugador, por lo que las responsabilidades que el pelotero tendría de ayudar al club a ganar y de poner buenas estadísticas en la temporada.
Ante la realidad provocada por la pandemia del COVID-19 y el largo período de discusión entre propietarios de equipos y jugadores para poder establecer el inicio de la temporada, Betts tendrá una carga mucho más pesada sobre sus hombros y tendrá que jugar su mejor béisbol durante cada uno de los 60 partidos de este año.
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Betts tendrá la oportunidad de llegar a la agencia libre por primera vez en su carrera en un escenario complejo, debido a que con temporada corta y un mercado directamente afectado por la pandemia, los equipos podrían tener reservas en otorgar un contrato de mucho dinero y por mucho tiempo. Esto prácticamente obliga al jardinero a tener un año excelente.
Un reto adicional para Betts será jugar fuera del paraíso para bateadores que es Fenway Park y llamar hogar al Dodger Stadium, un estadio con reputación de ser beneficioso para los lanzadores, situación que podría afectar los números generales del pelotero.
Con información de Marca.