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Derbi: “La primera imagen es cuando saltamos al campo y había los dos tifos: increíble. Mi gol nació de una transición: Lautaro buscó a Dumfries y yo recuperé el balón, vi que Thiaw no me atacó enseguida y tuve el tiempo para girarme, encarar y disparar”.
Punta: “El año pasado fue el primero en el que jugué como nueve toda la temporada. Haber jugado en otras posiciones me ayudó a convertirme en el nueve que soy hoy. No me gusta ser un delantero centro clásico y parado: quiero moverme y jugar con los compañeros”.
Su padre: “Cuando jugó la final del Mundial 1998 no tenía ni un año. Entendí quién fue mi padre con 11-12 años, pero cuando le veo no pienso en lo que hizo como futbolista: es mi padre y ya. Comento los partidos con él, es muy exigente, pero mejor así. Cada vez que salgo contento de un partido porque marqué un gol me dice ‘calma, ven al coche que te explico un par de cosas...”.
Messi: “Con 10 años fui a ver un entrenamiento de mi padre en el Barça y no tenía conmigo los botines. Messi era joven y tras el entrenamiento quería ir al campo con los otros niños a jugar y Leo llevaba casi mi mismo calzado: yo el 38, y él 40-41. Me dejó los suyos, yo jugué y después me dijo ‘llévatelos’. Con 10 años, no me había dado cuenta de lo que acababa de pasar, así que al día siguiente se los regalé a un amigo. Me arrepiento todos los días...”.