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El gran campeón mexicano, Julio César Chávez, rompió el silencio y habló sin reservas durante una entrevista concedida a la periodista Adela Micha, donde abordó varios temas personales y familiares que han generado atención mediática, entre ellos, el preocupante caso de su hijo Omar Chávez.

Durante la charla, la leyenda del boxeo mexicano confirmó que su hijo recayó en las adicciones, razón por la cual decidió internarlo nuevamente en una de sus clínicas de rehabilitación, en Tijuana, donde ya lleva un par de semanas bajo tratamiento. La confesión del ídolo sinaloense se da en medio de rumores sobre la cancelación de la pelea que Omar tenía pactada junto a su hermano Julio César Chávez Jr., la cual estaba programada para celebrarse en diciembre en San Luis Potosí.

Julio César Chávez explicó que la función fue reprogramada para el 24 de enero, con la intención de que ambos peleadores lleguen en buenas condiciones físicas y emocionales. “Omar tenía un mes muy bien entrenando en Culiacán. Pero es obsesivo y compulsivo al juego (apuestas), tiene ese problema, y aparte estaba tomando las pastillas que estaba tomando Julio. Le leí la cartilla, lo mando llamar a Tijuana y lo metí a la clínica”, relató el ex campeón mundial, con la franqueza que lo caracteriza.

El “Gran Campeón Mexicano” agregó que su hijo sufrió un nuevo episodio al llegar a Tijuana: “No me da vergüenza decirlo, llegó a Tijuana y fumó marihuana, se la ofreció un amigo, y con eso se puso como loquito, andaba gritando en las calles que lo querían secuestrar, y le mandé la voladora, lo metí a la clínica, ya tiene dos semanas ahí. El 24 de enero será la pelea, la moví para que estén bien los dos (Omar y Julio), van a pelear los dos”.

Con su testimonio, Julio César Chávez volvió a mostrar la firmeza con la que ha enfrentado los problemas de adicción dentro de su familia, reiterando que no tiene vergüenza en hablar de ello, pues su objetivo —dijo— es seguir ayudando a sus hijos y a todas las personas que luchan contra las drogas.