Por José Carlos Sánchez
En plena fiesta de Pascua y la Resurrección, el día de hoy el mundo amaneció con la noticia de la muerte del Papa Francisco en su residencia de la Casa Santa Marta, la cual aconteció a las 7:35 de la mañana (hora de Roma).
El Papa murió a los 88 años de edad. El anuncio fue hecho oficialmente por el cardenal Kevin Joseph Ferre, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, durante una transmisión especial desde el Vaticano.
Jorge Mario Bergoglio, originario de Buenos Aires, Argentina, fue elegido pontífice el 13 de marzo de 2013, convirtiéndose en el primer papa latinoamericano y el primero de la Compañía de Jesús.
Su pontificado se distinguió por un fuerte impulso reformista, un enfoque pastoral cercano a los más desfavorecidos y una defensa activa de la justicia social, el medio ambiente y la inclusión.
Su última aparición pública ocurrió el domingo 20 de abril, durante misa de Pascua en la Plaza de San Pedro, donde impartió la tradicional bendición Urbi et Orbi. A pesar de las visibles señales de debilidad en los últimos meses, el papa mantuvo una agenda activa hasta el final.
Con su fallecimiento, se activa el protocolo de sede vacante, que implica la destrucción del anillo del Pescador, el cierre del apartamento papal y la convocatoria de un cónclave para elegir al próximo sucesor de San Pedro.
Esta noche se llevará a cabo la ceremonia de confirmación de la muerte en la capilla de la Casa de Santa Marta, encabezada por el cardenal Farrell y en presencia de miembros del Colegio Cardenalicio.
Diversos jefes de Estado, organizaciones religiosas y líderes de distintas confesiones han expresado su pesar por la muerte del Papa.
El gobierno de España decretó tres días de luto oficial. En América Latina y el resto del mundo católico, se preparan múltiples homenajes misas y actos de despedida.
El Vaticano anunció que próximamente dará a conocer los detalles del funeral, así como las fechas para el cónclave.
En tanto, se mantendrán abiertas al público la Plaza y la Basílica de San Pedro para que los fieles puedan despedirse del pontífice que, durante más de una década, promovió una Iglesia más abierta, humilde y comprometida con los desafíos de la humanidad.