Para el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza, el gobierno de la República se tardó en mandar al Ejército a Palmarito Tochapan y a la zona del Triángulo Rojo, con lo cual se pudo evitar una desgracia.
El representante de los católicos trató de evitar hablar del tema, incluso canceló la rueda de prensa dominical, pero fue abordado al final de la misa en la Catedral de Puebla.
En los cuestionamientos lamentó el nivel de violencia en Palmarito Tochapan, que dejó diez personas fallecidas, entre ellas cuatro militares y seis civiles con varios menores de edad.
Reprobó que el tema se "haya salido de control" y que se hayan presentado situaciones como la de los pasados 3 y 4 de mayo, donde por combatir el robo de gasolina hubo una reacción violenta de los huachicoleros.
El arzobispo indicó que no se ha suspendido el servicio del catolicismo en la zona, porque los sacerdotes siguen ofreciendo misas de manera normal en el denominado Triángulo Rojo.
Y afirmó que hasta el momento los curas no han recibido amenazas de las bandas de huachicoleros que tienen controlada la región y estuvo de acuerdo en que el gobierno federal mandara diez mil militares más a la zona.