Carlos Beristain, ex integrante del Grupo Interdisciplinario de Expertos y autor de El Tiempo de Ayotzinapa, indicó que su obra narra “la historia de lo que significó el GIEI, el trabajo de investigación, acompañamiento, la relación con el Estado, trabajo con los familiares… una especie de diario, contado en un lenguaje más narrativo, literario, el proceso que hicimos, los desafíos a los que nos enfrentamos, las cosas que descubrimos, el trabajo invisible no contado en los informes… Una historia contada desde dentro del proceso vivido“.
En entrevista para Aristegui CNN, apuntó que “el libro ayuda a entender más cosas que sucedieron… entrar en una dimensión que no se podía entender en un informe… el libro entra mucho más en cosas que no están contadas en los informes, más invisibles, con un componente humano muy profundo”.
Berinstain reveló que los expertos abordaron con una lógica distinta el caso Ayotzinapa; en su caso, “yo vengo de la medicina, de la atención psicosocial, y mi método es la confianza, yo trabajo con las víctimas”.
“Si no hubiéramos construido esas relaciones de confianza con los sobrevivientes y con las víctimas, no tendríamos los informes y no hubiéramos podido construir hasta donde se ha podido, las pruebas de lo que sabemos que no pasó”, explicó.
Lo que el GIEI demostró es que la noche del 26 de septiembre “había conocimiento de lo que estaba pasando”, pues todos sabían que se trataban de estudiantes de Ayotzinapa.
Además, detalló la dimensión del operativo de aquel día, en el que incluso participaron elementos del Ejército.
Y señaló el ocultamiento y la negligencia en el uso y utilización de las pruebas.
“También señalamos también que hay responsabilidades en la ausencia o el desvío de la investigación (oficial), como un elemento clave que es lo que va a ayudar a este país en la lucha contra la impunidad”, subrayó.
Sobre las investigaciones de la PGR, “lo que hubo en términos generales es un intento de construir una historia que cerrara el caso“, acusó.
“Hubo prisa por tener una versión de la historia”, dijo. No obstante, hoy por hoy confía en que el caso aún se pueda esclarecer.
Recordó cómo descubrieron que la visita de Tomás Zerón al río San Juan -donde hallaron restos de normalistas- no había sido registrada en el expediente. “Era un punto clave, pero no estaba la cadena de custodia… hay un trabajo de periodistas muy importante… empezamos a descubrir una historia oculta“, refirió.