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La posible imposición de un arancel de hasta el 200% a productos farmacéuticos por parte de Donald Trump podría tener efectos profundos en los pacientes estadounidenses y en las cadenas de suministro globales, según un análisis de la consultora PwC.
Estados Unidos depende en gran medida de materias primas extranjeras y fabricación internacional, lo que hace que cualquier barrera comercial tenga un impacto directo en la disponibilidad y el costo de los medicamentos.
PwC estima que los aranceles podrían incrementar los costos anuales para la industria farmacéutica de apenas 0.5 mil millones a hasta 63 mil millones de dólares, afectando un mercado donde en 2024 se importaron 303 mil millones de dólares en bienes relacionados con la salud.
De ese total, 294 mil millones ingresaron sin cuotas arancelarias, lo que pone en riesgo tratados y programas de libre comercio, especialmente con socios como Canadá, México y otros países clave.
La consultora británica advirtió que si se aplican estos nuevos aranceles, también se verían afectados los beneficios existentes en los Acuerdos de Libre Comercio (ALC) y en Programas de Comercio Especial, lo que alteraría el flujo de mercancías en toda la región. El encarecimiento derivado de estas medidas no solo recaería en los fabricantes, sino directamente en el consumidor final.
En México, la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm), representada por Juvenal Becerra Orozco, advirtió que el aumento arancelario elevaría los precios para los distribuidores y farmacias, afectando directamente el bolsillo de los pacientes.
También se prevé una disminución en las exportaciones, especialmente en productos como antiácidos, electrolitos y jarabes para la tos, que representan un volumen importante de los 2 mil millones de dólares que México exporta anualmente a EE.UU.
PwC destacó que este impacto no se limita a México: países como Irlanda, Suiza e India también forman parte clave de la cadena de suministro médica estadounidense.
La aplicación de aranceles tan elevados provocaría aumentos de precios, escasez de productos y costos más altos para hospitales y pacientes. Esto afectaría gravemente la capacidad de atención médica, tanto pública como privada, en Estados Unidos.
Durante 2024, Estados Unidos tuvo un déficit comercial en el sector farmacéutico con China (274 mil mdd), México (156 mil mdd) y Vietnam (126 mil mdd), lo que refleja la magnitud de su dependencia de otros países para mantener su sistema de salud. Romper o encarecer estas relaciones podría agravar la escasez de medicamentos y aumentar la presión sobre los sistemas de salud nacionales.