A propósito del día de la libertad de expresión, vale la pena reflexionar el rol que juegan aquellos pseudo periodistas que han logrado colarse a un medio de comunicación con el claro objetivo de lucrar con la información.

A lo largo de mi vida profesional me visto cómo muchos advenedizos llegan a un medio de comunicación por hambre de robar y no por servir a la sociedad.

Me ha tocado vivir cómo exhiben a los extorsionadores profesionales y a varios de ellos les pagan con camionetas y dinero en efectivo por su silencio y complicidad.

Hoy se venden como impolutos y profesionales.

Por supuesto que me avergüenzo e indigno por el mercenario comportamiento de esos sujetos, quienes perdieron varios años de su vida en las aulas estudiando otra profesión.

Los periodistas se han convertido en jueces verdaderos al señalar los errores en los que incurren los gobernantes que representan la 4T.

Si es así,mi reconocimiento y solidaridad con ellos; pero muchos lo que pelean es que regresen los viejos tiempos del embute, el chayo, el cochupo y el “te pago para que no me pegues”.

Y es en estas aristas, que los señalamientos de los periodistas se debilitan al haber sido cómplices y servidumbre de los gobiernos del PRIAN.

La lista de quienes reciben “chayo” o “embute” es inmensa y ante este panorama creo que lo mejor es no festejar nada porque significa una burla hacia la comunidad.