El presidente de México Andrés Manuel López Obrador y su partido, Morena, se encuentran al borde del caos por la inconformidad de millones de mexicanos que se sienten afectados por las decisiones del mandatario ante la severa crisis de salud, económica y de inseguridad que afecta a todos, incluidos pobres y ricos.

La debilidad de AMLO se agrava porque ni siquiera quienes votaron por él apoyan las políticas erradas en los rubros antes mencionados.

Por eso las marchas y manifestaciones en contra de López Obrador cobran especial relevancia, porque son millones de personas las que se manifiestan inconformes con su gobierno.

Ni qué decir las dura críticas que le lanzan en las redes sociales.

Y por otra parte, la presunta corrupción cometida por la ex dirigente de Morena Yeidckol Polevnsky, quien ordenó pagar 395 millones de pesos a dos empresas de uno de sus amigos (Enrique García Borbolla),  por obras y remodelaciones en inmuebles inexistentes, lo que ha generado una prueba irrefutable de corrupción.

AMLO se ha conducido como todo gran líder que llega al poder tras años de esfuerzo, pero termina tirando todo a la basura por su incapacidad ante fenómenos como la pandemia e inseguridad.

El propio AMLO se ha encargado de destruir a Morena y si pierde el Congreso de la Unión, enfrentará un verdadero calvario que agravará la crisis en México.

Y ese coletazo pegará a los gobernadores que ganaron las elecciones bajo Morena.