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La música es goce y es unión, pero también es tránsito, fusión y recuerdos. Por eso es que siempre son tan emotivos los “Palomazos” que desde hace cinco años lleva a cabo en nuestro país la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para celebrarlos en su día mundial, como un llamado a la solidaridad.
El concierto que ofreció este viernes la banda Gran Sur —integrada por Chá!, Iñaki Vázquez, Sofi Mayen y Elohim Corona— fue otro gran encuentro en la Sala Nezahualcóyotl, ante un público entre el cual había refugiados de Palestina, Venezuela, Colombia y otras partes del mundo.
“La agencia de la ONU para los Refugiados lleva años contándonos historias de seres humanos obligados a huir, obligados a dejar todo. Es a través de estas historias que nos ha permitido imaginarnos unos a otros. Eso es justo esto es lo que nos lleva a estar aquí reunidos esta noche. Estamos aquí porque hemos sido capaces de imaginarnos unos a otros nada más.
“No se trata solo de una empatía obligada o de una solidaridad impuesta. Se trata de entender los miedos, los sueños, las noches, la violencia en la puerta de tu casa, una familia en riesgo, un futuro incierto. Estamos aquí por las 500 mil historias que han solicitado asilo en México en los últimos cinco años, o por una sola”, dijo el periodista Javier Risco a nombre de ACNUR.
Entre velas y luces violetas, Gran Sur comenzó la velada con “La noche es cabrona”, un tema de aires místicos y de reclamo amoroso. Poco tiempo pasó para la primera sorpresa de la noche, pues apareció la cantante Andrea Echeverri, vocalista de Aterciopelados, quien cantó con el grupo “Buena Suerte”.
Con arreglos de violín y piano, ofreciendo versiones únicas, la banda tocó sus éxitos “Ay, dolor”, “Mi gran sur”, “Si te vuelvo a ver” y “Somos”. Todas cantadas con gran potencia por Sofi Mayen, quien se entregó por completo a su inspiración.
Fue entonces que tuvo lugar uno de los momentos estelares del recital, cuando apareció Leonardo de Lozanne, vocalista de Fobia, “El hombre más guapo del mundo”, según dijo Mayen. La canción que interpretaron fue un cover de “Antes de que nos olviden”, de Caifanes.
Con ganas de brindar, la banda interpretó “Sólo quédate”, “Pequeña canción”, “Regresa a casa”, todas cargadas con diferentes registros de ritmos mexicanos, como bolero, danzón y son. La última invitada fue Vivir Quintana, a quien el público recibió con una gran ola de plausos.
“Muchas gracias por apoyar este evento esta noche. Para mí es un honor estar con esta gran banda. ¡Qué viva Gran Sur, ACNUR y el movimiento tan grande que se hace por las refugiadas y los refugiados!”, dijo la cantante mexicana al público que pagó sus entradas, que se destinarán a la ayuda a los refugiados.
El cierre del concierto fue muy emotivo, con la canción “Fina condena”, que Vivir Quintana dedicó a los migrantes pues en su hechura, la compositora pensó en su propia tierra y la necesidad que tiene la gente de migrar. Con todo el público de pie Chá! también aprovechó para decir unas cuantas palabras: “Un gran aplauso a todos los refugiados que llegan a nuestro país y que recibimos con los brazos abiertos hacia nuestra cultura, a nuestra cocina, a nuestro arte y nuestro trabajo. Ellos aportan con ser ellos. La migración, el movernos es una parte importantísima de nuestra identidad. Desgraciadamente no es una cuestión de gusto, sino que es muy difícil”, finalizó.