Varias lecturas deja la elección para la renovación de miembros del Poder Judicial, en donde no se vió la operación política de la oposición porque simplemente ésta no existe en todo México.
Primero los mexicanos apoyaron esta propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, porque ya es intolerante la mafia que existe en el Poder Judicial conformada por padres, hermanos, tíos, tías, sobrinas, sobrinos, yernos, nueras, empleadas domésticas y hasta amantes que se apoderaron de esa noble institución.
Y después, porque los mexicanos ya no aguantaron la corrupción permitida por los corruptos ministros, jueces y juezas federales, así como magistrados, jueces, juezas y secretarios (as) de acuerdo en las entidades de ese corrupto sistema que paradójicamente imparte justicia.
La elección del Poder Judicial es histórica y se da en el marco del establecimiento de un nuevo orden que habrá de sentirse en el futuro inmediato. Se trata de evitar la corrupción, impunidad y favoritismo para quien tenga posibilidades de comprar la ley.
Uno de los gobernadores que entregó mejores cuentas es el de Puebla: Alejandro Armenta, quien ha seguido cosechando el respaldo popular al alinearse a la directriz de la presidenta Sheinbaum.
El gobierno de Armenta logró una elección sin conflictos y es de los pocos en donde la oposición existe porque incluso los militantes de otros partidos se han sumado a la política armentista.
¿La elección fue compleja?. Si, porque fueron muchos nombres los que aparecieron en las boletas, pero muy pronto habrá de perfeccionarse este ejercicio democrático en el que millones de personas eligieron a sus autoridades y no un puñado de senadores por acuerdo del o la presidenta en turno.