Martes, 06 Junio 2017 13:04

La resistencia en el corazón ‘hipster’ de Ciudad de México

Escrito por elpais.com

*Devotos de Santa Mari La Juaricua se movilizan contra el aburguesamiento y el blanqueamiento de Santa María La Ribera y la Colonia Juárez.

Esta no es una procesión como las otras. Entre lo sacro y lo profano, una veintena de fieles caminan en penitencia, pero con alegría. No es domingo ni día feriado, es un miércoles cualquiera en la Ciudad de México. No comparten el vino y el pan, sino la cerveza y las frituras. No van a una Iglesia, sino a una pulquería, donde beben de un elíxir tan prehispánico como mestizo. No se congregan para recibir un sermón, ellos toman la palabra para contar lo que les aqueja, para hacer comunidad. Ellos son los devotos de Santa Mari La Juaricua, que ampara a los vecinos de los desalojos, la especulación inmobiliaria y el cambio de la identidad del lugar en donde viven, dos barrios icónicos en el corazón de la metrópoli, Santa María La Ribera y la colonia Juárez.
El llamado fenómeno de la gentrificación es intuitivo, pero a la vez complejo. Una persona compra o renta una propiedad en una zona popular o pauperizada de la ciudad. Los precios son bajos, la ubicación es ideal y, en algunos casos, el encanto del barrio es especial. La oportunidad es tan buena que se mudan cada vez más inquilinos. Surgen negocios para la nueva clientela, se construyen edificios, a veces aumenta la oferta cultural y, con ello, sube el precio de los alquileres y de los servicios, hasta que los habitantes originales no pueden pagarlos y están bajo una amenaza constante de ser expulsados de sus hogares. El que paga se queda y el que no se va.
La procesión arranca miradas de las personas con las que se topa. La santa lleva gafas, un sencillo vestido blanco y guaraches (sandalias). Es un movimiento más artístico que religioso. Su imagen está diseñada para unir la identidad de ambos barrios con símbolos comunes. De repente, hay arengas y muestras de solidaridad. Algunos adolescentes no pueden ocultar su risa ni su incredulidad, al tiempo que otros vecinos salen de sus portales. Quieren saber qué pasa. "Sálvame de las malas prácticas, líbrame del desplazamiento", clama Ángel, uno de los miembros de la cofradía, por todo lo alto. "Sálvame...", repiten los fieles en coro. Y siguen mientras se abren paso por las calles de la Santa María la Ribera: "Del desalojo… del incremento abusivo de la renta… del alza desmedida del predial… del voraz casero y del mal inmobiliario… sálvanos de la gentrificación".
"Es básicamente una lucha entre clases sociales por el espacio de las grandes ciudades del mundo", explica el geógrafo Luis Alberto Salinas, de la Universidad Nacional Autónoma de México. El carácter anglófono del término hace que algunos de los fieles de Santa Mari La Juaricua prefieran llamarlo aburguesamiento o blanqueamiento. Y no es casual. En México, el color de la piel se ha asociado desde tiempos de la Colonia con el poder y la posición social. "Hazme tolerante, hazme incluyente, hazme empático y líbrame de ser clasista, racista, sexista o corrupto", reza una de las plegarias juaricuas.
Los ejemplos más notables de zonas gentrificadas en la Ciudad de México son la Colonia Roma y la Condesa, conocidos como los barrios cool de la capital. Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX ahí reinaban las vecindades y los comercios modestos, pero ahora lo hacen las tiendas hipster, los lofts y los locales de comida gourmet. Ya no son las únicas. La gentrificación se ha extendido por prácticamente toda la ciudad y se ha agudizado en la Delegación Cuauhtémoc, donde están la Roma y la Condesa, pero también la Juárez, la Santa María La Ribera y el centro histórico de la capital.
El crecimiento desmesurado de la mancha urbana de la CDMX ha hecho de zonas centrales como Cuauhtémoc un objeto de deseo. Es el núcleo geográfico de la metrópoli y concentra gran parte de las oficinas de gobierno, los corporativos y la red de transporte de la ciudad. Es también una delegación sumamente diversa. Una avenida puede ser la línea divisoria entre realidades sociales contrastantes.

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