La razón de esto es que, al no cocinar los alimentos, se obtienen más de 80% de vitaminas, minerales, entre otros nutrientes, contrario a cuando pasan por un proceso de cocción. Esto no sólo mejora los niveles de energía, sino que también disminuye el estrés, el proceso de envejecimiento y lo mejor de todo: la pérdida de peso está garantizada, como lo encontraron varios estudios publicados en la Revista Europea de Nutrición Clínica.
En esta dieta se excluye el azúcar, refrescos, todo tipo de harinas y lácteos. La base -o los alimentos que debes comer más- son las frutas, como la piña, moras, manzana, plátano, y demás; las verduras como el kale, espinaca, lechuga, y el agua, la cual debe consumirse a cada hora mínimo. Los alimentos que siguen en esta pirámide -y que debes comer con moderación- son las semillas, nueces y leguminosas. Por último las plantas medicinales como las algas, germinados, hierbas y más; estos en pequeñas cantidades.
Y aunque la dieta no incluye carnes rojas, se puede consumir pescado crudo como salmón, algo que facilitará la transición a este plan. También se puede empezar comiendo sólo las frutas y vegetales crudos, y lo demás a menos de un 50% de cocción.
Además de esta dieta cruda, Demi mantiene su figura haciendo ejercicios de bajo impacto como yoga y pilates, los cuales fortalecen sus músculos. "Encuentro la felicidad cuando no veo mi cuerpo como enemigo, cuando doy un paso atrás y me acepto y veo todo lo que mi cuerpo ha hecho para mí. [...] No puedes verte al espejo y criticar tu cuerpo", confesó la actriz a Harper's Bazaar.