Han pasado casi 8 largos años desde que Alfonso Esparza asumió la rectoría de la BUAP.
En ese tiempo, rector de la máxima casa de estudios ha trabajado con 6 gobernadores de todos los colores y ha logrado que la institución goce de gobernabilidad.
Hoy ya están muertos dos de ellos, otro queriendo regresar a la escena pública, disfrutando el robo, uno buscando trabajo y Miguel Barbosa trabajando por Puebla.
Y es en este punto en donde vale la pena detenerse, para recordar la difícil relación entre el rector y el mandatario Miguel Barbosa.
Hay quienes le apuestan que uno aniquile a otro y hay quienes quieren sangre. Los mismos de siempre.
Me parece que la entidad Poblana ya no aguantaría una pugna política como la que se vivió durante el morenovallismo, periodo de persecución política y protección al crimen organizado.
Como en ningún gobierno, en ese lapso Puebla vivió un difícil momento porque se inventaban delitos a quien el ex gobernador creía que eran sus enemigos.
Hoy son tiempos diferentes para construir una Puebla mejor, no de fachada, sino desde lo educativo, para sentar cimientos a futuras generaciones.
El rector de la BUAP sin lugar a dudas es un académico cotizado que cualquier partido lo quisiera. Después de su informe tendrá tiempo para decidir si cierra completamente su periodo como rector ó se aventura a la vida política para buscar la alcaldía de Puebla.
Sobre las cosas que han sucedido desde su llegada a la BUAP, destaca el triunfo del PAN; el triunfo de Morena; la muerte de los morenovalle; la captura de Eukid Castañón y la orden de aprehensión en contra de Mario Marín.
Y por supuesto todos sus logros en beneficio de la comunidad universitaria.