Biestro es un admirador del chómpiras, caricaturesco personaje de los 80’s y por ello es imposible pedirle que entienda las obras del gran pensador (no filósofo), Nicolás Maquiavelo.
Biestro está acostumbrado a la grilla de muy bajo nivel y a manipular la ley en contra de quienes considera sus detractores. Por ello, Céspedes lo debe correr para evitar que le intoxique su gobierno y lo manche de corrupción.
En varias ocasiones el ex auditor Francisco Romero Serrano, (perseguido por el corrupto y represor gobierno barbosista), me confió que en diversas ocasiones al sostener reuniones con Miguel Barbosa y Biestro en su calidad de presidente del Congreso, éste le exigió que inventara delitos a los ex funcionarios del gobierno de Tony Gali y Moreno Valle.
Era tanto el odio y rencor del padre e hijo, Barbosa y Biestro, que con bajezas y amenazas intentaron intimidar al valiente ex auditor, quien resistió hasta donde pudo y hoy es un preso político de tantos que hay.
Biestro gozó del afecto y protección de Miguel Barbosa hasta que éste se enteró que se reunió con Nacho Mier gracias a los buenos oficios de Nora Escamilla.
Hoy Biestro es un alma en pena que sufre la orfandad tras haber probado las delicias del poder, cuando era el proyecto político de Barbosa y del que nos opusimos al conocer la perversidad con la que actuaba. Por eso este medio sufrió también persecución política.
Cada quien tiene su lugar y Biestro es su propia caricatura, la foto, su génesis, lo retrata perfectamente.