Sergio Salomón, gobernador de Puebla y Alejandro Armenta, presidente del Senado de México, dieron una cátedra de civilidad y convivencia política.
Uno, Sergio, ha sido respetuoso con todos los líderes de los grupos políticos y otro, Armenta, se mostró igual al respetar la investidura del mandatario poblano.
No hubo protagonismos en un evento netamente de carácter nacional y sí mucha conciencia para trabajar por los más vulnerables.
El evento terminó y Armenta se despidió de Sergio Céspedes, quien ha mostrado un gobierno de reconciliación y humano que reconoce a los líderes poblanos.
Ya en la comida que le organizaron un centenar de comisariados ejidales, presidentes auxiliares, municipales y líderes como Mario Vélez , Argimiro Campos Córdova, Carlos González Orduño y Carlos Orea y Córdova, reconocieron a Armenta como un líder que trabaja por el pueblo.
Y en más de una mesa, se escuchó decir a los comisariados que el mismo Armenta se perfila para ser un héroe nacional durante y después de su gobierno, mientras las porras se escuchaban a favor del legislador.
Por cierto: muy recomendable el museo que inauguró el gobernador Céspedes respecto a lo que hizo Zapata en Ayoxuxtla. Vale la pena visitarlo.