Nadie como ellos, han permitido que el crimen organizado se apodere de las calles, restaurantes, bares, casinos y todo negocio que sea lucrativo.
Sus ambiciones no los detienen y se han convertido en los voceros del crimen organizado para justificar la inseguridad que viven los poblanos.
Puebla sangra porque han sido permisibles con los delincuentes.
Eduardo Rivera le entregó el municipio a un sujeto al que le importa solo el dinero que puede obtener del presupuesto, a través de negocios encubiertos de acciones en beneficio de la comunidad.
Adán Domínguez, el mozo y socio de Rivera, no está dispuesto a cargar con su responsabilidad, por eso de manera cobarde busca culpables desde sus redes sociales, sin dar la cara a los medios de comunicación ni a la sociedad.
La irresponsabilidad de ambos es de magnitudes incuantificables porque perjudican a casi dos millones de poblanos que habitan la capital y que hoy prometen castigarlos con su voto, porque el castigo penal vendrá después.
Después de un largo periodo de autocensura esta video columna regresa con muchas ganas de aportar en el proceso electoral del 2024. Pondremos orden a quienes quieran romper las reglas civilizadas en estos tiempos convulsos.