Excelsior
El banco central de Argentina vendió más de mil 100 millonesde dólares en tres días para estabilizar el peso argentino, en medio de una crisis política que ha generado fuerte desconcierto en los mercados y puso en tela de juicio el futuro del sistema de bandas cambiarias instaurado por el gobierno de Javier Milei.
El viernes, la intervención fue dramática: 678 millones de dólares de las reservas fueron vendidos para sostener la moneda, complementando los 379 millones del jueves y los 53 millones del miércoles, justo después de que el peso tocara el piso de su banda cambiaria.
El presidente Milei introdujo el sistema de bandas en abril, al relajar los controles cambiarios vigentes de largo plazo, como parte del acuerdo de un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) por 20 mil millones de dólares. Ese crédito ahora constituye una parte importante de las reservas totales del Banco Central, estimadas en alrededor de 39 mil millones, aunque solo una porción disponible para intervención activa.
Luis Caputo, ministro de Economía, afirmó que las autoridades “venderían hasta el último dólar” para mantener el peso dentro de su banda. Pero esta aceleración de las ventas ha despertado dudas en los inversores, tanto por la magnitud del drenaje de reservas como por el impacto que tiene sobre la economía real.
En las últimas dos semanas, el peso se ha desplomado cerca de 9 %, luego de que el partido libertario de Milei sufriera una derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, un resultado que Milei había presentado como una especie de referéndum sobre su liderazgo. La volatilidad cambiaria, frecuente en Argentina antes de elecciones, se ha intensificado a medida que los comicios nacionales del 26 de octubre se acercan.
Además de la crisis política, un escándalo de corrupción que involucra a la hermana del presidente y su jefatura de gabinete, Karina Milei, ha contribuido a erosionar la aprobación presidencial. Paralelamente, el congreso dominado por la oposición ha aprobado varios aumentos de gasto, limitando la capacidad del gobierno de aplicar su programa de austeridad.
Los precios de los bonos soberanos argentinos, que habían mejorado bajo los primeros meses de gobierno, han vuelto a bajar. Los rendimientos de la deuda en dólares se dispararon 5.5 puntos porcentuales en las dos últimas semanas, alcanzando cerca de un 14.5 % por encima de bonos del Tesoro de Estados Unidos comparables, una señal de creciente desconfianza entre los inversores.
Analistas financieros coinciden en que el gobierno argentino deberá demostrar fortaleza política para frenar la incertidumbre electoral o conseguir nuevas fuentes de dólares que detengan la caída de reservas. En caso contrario, advierten que Milei podría verse obligado a modificar anticipadamente el régimen cambiario.