La principal carta de presentación del líder del Comité Directivo Municipal del PRI, Víctor Manuel Carreto Pacheco, es ser hijo de un represor disfrazado de defensor de los derechos laborales en el SUTERM.

Y cuando digo represor, es porque su padre Víctor Manuel Carreto Fernandez de Lara era más temido que admirado, algo como un dictador de Pakistán o Afganistán.

Muy poco tendrá para aportar el nuevo presidente del PRI, si en su casa siempre tuvo el ejemplo del autoritarismo de su padre, el líder charro. También de los cochupos e imposiciones al amparo del poder .

Sin lugar a dudas Carreto Pacheco recogerá lo que su padre cosechó: amenazas, humillaciones y muchas traiciones.

Para muestra basta un botón: cuando rindió protesta como líder priista, no llenó el pequeño patio del expartidazo. Estaba prácticamente solo.

Y llamó poderosamente la ausencia de las vacas sagradas del PRI.

¿Acaso a los priistas les avergüenza la formación y origen de su nuevo líder?.

Por cierto: que alguien le diga al líder priista que sus militantes y simpatizantes no son empleados sindicalizados, no sea que los vaya a querer explotar como a los miembros del sindicato electricista, ese al que tanto daño ha hecho su padre el líder charro.