Para cualquier prisionero recluido en el Cereso de Puebla, llegar al dormitorio “P”, es encontrarse en un verdadero hotel 5 estrellas que muy pocos pueden darse el lujo de pagar.

Para empezar, los aspirantes a ocupar ese lugar tienen que desembolsar 12 mil pesos mensuales a cambio de tener varios beneficios.

Alguien le está escondiendo al mandatario Miguel Barbosa que en ese dormitorio los reclusos tienen agua caliente, comparten la celda con una persona, jardín para trotar y hacer ejercicio y hasta servicio de restaurante.

La vida en ese lugar es para verdaderos millonarios que tuvieron que ver en los procesos de licitación y/o adjudicación de obras públicas.

Uno de ellos duerme cómodamente tras haber pactado su seguridad y la protección que recibe.

¿Quién es él? Se llama Alfonso Siriako y se apellida Guillén Almaguer. Asegura que en próximos días saldrá en libertad a volver a conquistar el mundo.

Siriako fue detenido tras ser señalado por diversas irregularidades cuando fungió como director jurídico de la Secretaría de Infraestructura en el gobierno de Antonio Gali.