Se dio cuenta que no podría competirle al entonces político más carismático y con trabajo: Mario Marín Torres y la historia ya la conocemos.
Hoy, una situación similar se vive entre Ignacio Mier y el senador Alejandro Armenta, quienes aspiran a la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla.
El primero tiene que pagar a sus operadores para que puedan acarrear gente, y el segundo, Armenta, sabe que ese tipo de prácticas no funcionan, por eso ha recorrido a pie gran parte del territorio poblano.
Armenta conoce la fórmula para ganar una elección y sabe que el acarreo no sirve sino para generar percepción, nada más.
Nacho Mier le apuesta a la percepción y al dedo divino, nada más.
Por algo el ex gobernador Moreno Valle decía que al único que respetaba era al mismo Armenta, por quien llegó a sentir respeto. Y eso que Moreno Valle no respetaba a nadie.
Faltan unos meses pero hay quienes aseguran que el mismo Armenta llenará el estadio Cuauhtémoc cuando se registre como candidato a gobernador.
Hagan sus apuestas…