Claudia Rivera dejará una ciudad con un alto grado de ingobernabilidad producto de su incapacidad y falta de oficio político de sus colaboradores.
Ingobernabilidad, porque no puede siquiera cerrar su administración en alianza con el sindicato de su gobierno que denuncia corrupción.
Ingobernabilidad, porque es cómplice del caos que generan los ambulantes en varias calles de la ciudad.
Ingobernabilidad, porque los poblanos nos sentimos más inseguros ante el hambre del dinero fácil al que se acostumbraron los funcionarios de su gobierno, quienes atracaban a todo tipo de empresarios.
Claudia deja un gobierno fallido, con avanzado cáncer de corrupción y sin una sola obra pública que le ayude a ser recordada.
Es una de aquellas que no pueden ocultar lo ilícito, porque llegaron con un par de mudas y zapatos muy desgastados por el uso y tiempo. Hoy presume ropa de marca que en el pasado reciente era inimaginable en su vida.
Hoy quiere basificar a 100 de sus incondicionales para que defiendan las corruptelas de su gobierno que pronto serán exhibidas…