Y es desde esa trinchera, en donde un grupillo de togados beneficiados por años, han manipulado la justicia de acuerdo a los intereses del puñado de familias que representan, porque en esa nómina sólo tienen cabida los cuñados, las nueras, los yernos, los esposos, las esposas, las amantes…los sobrinos, etc.

La actitud de la presidenta de la SCJN Norma Piña ante las amenazas que hizo al Presidente del Senado de la República, encuadra perfectamente lo que dice el mencionado politólogo: “Para una clase política acostumbrada a no rendir cuentas de sus actos a nadie, el cinismo se convierte también en una costumbre”. Y vaya que lo es…

Una de las controversias principales de los ministros de la SCJN es que no les gusta ser auditados ni vigilados. Y ésta, es una de las molestias que tiene el Poder Judicial con el Poder Legislativo. 

A la presidenta de la SCJN no hay que mencionarle la palabra democracia porque la irrita. Menos lo que significa rendición de cuentas.

La democracia no existe en su minúsculo vocabulario porque sabe que es un mundo en el que no cabe, ni cabrá, ahora que los ministros tengan que ser votados…

Ella es un ejemplo de la cultura del cinismo porque entiende perfectamente cuando Cansino dice que “México es tradicionalmente un país de cínicos”.

¿Qué peligro implica la polarización de los Poderes en nuestro país?.

Sin lugar a dudas México no está para una disputa de poder, porque las instituciones se fragmentan y se detiene el avance de la poca democracia lograda.

Serán inevitables los encontronazos entre las fuerzas políticas e instituciones, pero debemos cuidar el lenguaje vulgar, grotesco y provocador como el que utilizó la Ministra Piña al amenazar al líder del Senado de México.

Si ella actúa así con un personaje de poder nacional, no quiero pensar lo que sucedería si un ciudadano común y corriente se le atraviesa en su camino.

La ministra custodia fielmente los intereses de la burguesía a la que pertenece, y por ello su violenta respuesta acompañada de amenazas que hoy nuevamente la ponen en el ojo del huracán.

La enseñanza que nos deja este encontronazo, es la vileza con la que actúa una mujer para defender los intereses de un puñado . Esa mujer, es la presidenta de la SCJN.